La vitamina E es un nutriente esencial que se encuentra en algunos alimentos y se puede tomar como suplemento. Es un antioxidante que ayuda a proteger las células del cuerpo del daño causado por los radicales libres y también desempeña un papel importante en la función inmunológica y en la producción de glóbulos rojos. Además, la vitamina E ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina K, participa en la formación de vasos sanguíneos, previene la arteriosclerosis, evita el desarrollo del cáncer, mejora la salud de la piel y el cabello, y previene algunas enfermedades neurológicas. En este artículo, te explicaremos qué es la vitamina E, dónde la puedes encontrar y por qué es importante para tu salud. ¡Sigue leyendo y descubre todo lo que esta vitamina puede hacer por ti!

¿Qué es la vitamina E y qué tipos hay?

La vitamina E es un nutriente liposoluble, es decir, que se acumula en el tejido graso para que el organismo recurra a él según sea necesario. Es un antioxidante que ayuda a proteger las células del daño causado por los radicales libres, que son moléculas inestables que se generan por el metabolismo celular o por factores ambientales como el humo, la contaminación o la radiación. Existen ocho formas diferentes de vitamina E, que se dividen en dos grupos: los tocoferoles y los tocotrienoles. Cada grupo tiene cuatro subtipos: alfa, beta, gamma y delta. De todas estas formas, la más activa y abundante en el cuerpo humano es el alfa-tocoferol, que se considera la vitamina E propiamente dicha. El alfa-tocoferol se almacena principalmente en el hígado y en los tejidos donde hay mayor producción de radicales libres, como el corazón, los pulmones, los músculos y la piel34. Las otras formas de vitamina E tienen menor actividad biológica y se encuentran en menor cantidad en los alimentos y en el organismo. Sin embargo, algunos estudios sugieren que también podrían tener efectos beneficiosos para la salud, como proteger el cerebro, el hígado, los ojos y el sistema inmunitario. Por eso, algunos expertos recomiendan consumir un complejo de vitamina E que incluya todas sus formas, en lugar de solo alfa-tocoferol.

¿Cuáles son las funciones de la vitamina E en el organismo?

• Es un antioxidante. Esto significa que protege las células del daño causado por los radicales libres, que son moléculas inestables que se generan por el metabolismo celular o por factores ambientales como el humo, la contaminación o la radiación.
• Ayuda a mantener el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias. La vitamina E estimula la producción de anticuerpos y mejora la respuesta inflamatoria, lo que ayuda a prevenir y combatir las infecciones.
• Ayuda a formar glóbulos rojos y ensancha los vasos sanguíneos para evitar que la sangre se coagule dentro de ellos. La vitamina E favorece la circulación sanguínea y previene la anemia, la trombosis y las enfermedades cardiovasculares.
• Ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina K. La vitamina K es necesaria para la coagulación de la sangre y la salud de los huesos. La vitamina E facilita la absorción y el transporte de la vitamina K en el organismo.
• Las células también usan la vitamina E para interactuar entre sí. La vitamina E participa en la comunicación celular y en la regulación de la expresión génica, lo que influye en el desarrollo y el funcionamiento de diversos tejidos y órganos.

¿Qué alimentos son fuentes de vitamina E?

La vitamina E se encuentra en algunos alimentos de origen vegetal y animal, aunque en menor cantidad. Los alimentos con más vitamina E son los aceites vegetales, especialmente el de germen de trigo, que es el que tiene la mayor concentración de este nutriente¹. Otros aceites vegetales que contienen vitamina E son el de girasol, el de cártamo, el de maíz, el de soya y el de oliva.

Los frutos secos y las semillas también son fuentes de vitamina E, destacando las almendras, las avellanas, los piñones y las semillas de girasol. Estos alimentos se pueden consumir crudos, tostados o en forma de mantequilla, leche o harina. También se puede obtener vitamina E de las nueces, los cacahuates, las pistachos y las semillas de calabaza, lino y sésamo.

Las hortalizas de hoja verde son otro grupo de alimentos ricos en vitamina E, como las espinacas, el brócoli, la col rizada, la acelga, la lechuga y el perejil. Estas verduras se pueden consumir crudas, cocidas, salteadas o en forma de jugo o batido. También se puede obtener vitamina E de otras verduras como el aguacate, el tomate, el pimiento, la zanahoria, el espárrago y la calabaza.

Los alimentos de origen animal que contienen vitamina E son la mantequilla, la margarina, el huevo, el queso, el yogur, la leche y el pescado azul. Estos alimentos se pueden consumir solos o combinados con otros alimentos. También se puede obtener vitamina E de la carne, el pollo, el cerdo y el hígado, aunque en menor cantidad.

¿Qué riesgos tiene el consumo excesivo de vitamina E?

• Aumento del riesgo de sangrado. La vitamina E tiene un efecto anticoagulante, es decir, que evita que la sangre se coagule dentro de los vasos sanguíneos. Esto puede ser beneficioso para prevenir la trombosis y las enfermedades cardiovasculares, pero también puede aumentar el riesgo de sangrado, especialmente si se toma junto con otros medicamentos o suplementos que tienen el mismo efecto, como la aspirina, el ibuprofeno, el ajo o el ginkgo biloba. El sangrado puede ocurrir en diferentes partes del cuerpo, como el estómago, el cerebro o la piel, y puede causar hemorragias, hematomas, anemia o accidente cerebrovascular hemorrágico.
• Interacción con otros nutrientes. La vitamina E puede interferir con la absorción o el metabolismo de otros nutrientes, especialmente los que son liposolubles, como la vitamina A, la vitamina D y la vitamina K. Esto puede provocar deficiencias o toxicidades de estos nutrientes, que pueden afectar a la visión, la salud ósea, la coagulación de la sangre y otras funciones del organismo.
• Efectos adversos en algunas condiciones de salud. La vitamina E puede empeorar o complicar algunas condiciones de salud, como el cáncer, la diabetes, la enfermedad renal, la enfermedad hepática, el hipertiroidismo, el síndrome del ojo seco, la retinopatía diabética, la enfermedad de Wilson y la enfermedad de la vesícula biliar. Esto se debe a que la vitamina E puede alterar el funcionamiento de las células, las hormonas, los enzimas y los medicamentos que intervienen en estas condiciones.
• Aumento del riesgo de mortalidad. Algunos estudios han sugerido que el consumo excesivo de vitamina E podría aumentar el riesgo de mortalidad, especialmente en personas con enfermedades crónicas o graves, como enfermedades cardíacas, cáncer o accidente cerebrovascular. Sin embargo, estos resultados no son concluyentes y se necesitan más investigaciones para confirmarlos.

¿Qué suplementos de vitamina E existen y cómo elegir el mejor?

La vitamina E se puede obtener de los alimentos, pero también se puede tomar como suplemento nutricional en forma de cápsulas, gotas o polvo. Los suplementos de vitamina E pueden ser útiles para personas que tienen deficiencia de este nutriente o que tienen alguna condición de salud que lo requiera, siempre bajo la supervisión de un médico o nutricionista.

Existen diferentes tipos de suplementos de vitamina E, que se pueden clasificar según su origen, su forma química o su composición. Algunos aspectos que se deben tener en cuenta para elegir el mejor suplemento de vitamina E son:

• El origen. Los suplementos de vitamina E pueden ser de origen natural o sintético. Los de origen natural se extraen de fuentes vegetales, como el aceite de germen de trigo, el aceite de girasol o el aceite de soya. Los de origen sintético se producen en laboratorios a partir de derivados del petróleo. Los suplementos de origen natural se consideran más biodisponibles y eficaces que los de origen sintético, ya que el organismo los reconoce y los asimila mejor. Para identificar el origen del suplemento, se puede observar la etiqueta del producto. Los suplementos de origen natural suelen llevar la letra d- o la palabra natural antes del nombre de la vitamina E, como d-alfa-tocoferol o vitamina E natural. Los suplementos de origen sintético suelen llevar la letra dl- o la palabra sintética antes del nombre de la vitamina E, como dl-alfa-tocoferol o vitamina E sintética.
• La forma química. La vitamina E tiene ocho formas químicas diferentes, que se dividen en dos grupos: los tocoferoles y los tocotrienoles. Cada grupo tiene cuatro subtipos: alfa, beta, gamma y delta. De todas estas formas, la más activa y abundante en el cuerpo humano es el alfa-tocoferol, que se considera la vitamina E propiamente dicha. La mayoría de los suplementos de vitamina E contienen solo alfa-tocoferol, ya sea de origen natural o sintético. Sin embargo, algunos suplementos contienen otras formas de vitamina E, como el gamma-tocoferol, el delta-tocoferol o los tocotrienoles, que también podrían tener efectos beneficiosos para la salud, como proteger el cerebro, el hígado, los ojos y el sistema inmunitario. Para identificar la forma química del suplemento, se puede observar la etiqueta del producto. Los suplementos que contienen solo alfa-tocoferol suelen llevar el nombre de esta forma, como alfa-tocoferol o vitamina E. Los suplementos que contienen otras formas de vitamina E suelen llevar el nombre del grupo al que pertenecen, como tocoferoles mixtos, tocotrienoles o complejo de vitamina E.
• La composición. Los suplementos de vitamina E pueden contener solo esta vitamina o estar combinados con otros nutrientes, como la vitamina C, el selenio, el zinc o el betacaroteno. Estos nutrientes pueden potenciar la acción antioxidante de la vitamina E y aportar otros beneficios para la salud. Sin embargo, también pueden interferir con la absorción o el metabolismo de la vitamina E o de otros nutrientes, por lo que se debe tener cuidado con las posibles interacciones o contraindicaciones. Para identificar la composición del suplemento, se puede observar la etiqueta del producto. Los suplementos que contienen solo vitamina E suelen llevar el nombre de esta vitamina, como vitamina E o alfa-tocoferol. Los suplementos que contienen otros nutrientes suelen llevar el nombre de estos nutrientes, como vitamina C + E, selenio + E o betacaroteno + E.

Conclusiones

La vitamina E es un nutriente esencial que tiene múltiples funciones y beneficios para la salud. Se encuentra en algunos alimentos de origen vegetal y animal, pero también se puede tomar como suplemento nutricional. Sin embargo, se debe tener cuidado con el consumo excesivo de vitamina E, ya que puede tener efectos secundarios y riesgos para la salud. Por eso, se recomienda obtener la vitamina E de los alimentos y no de los suplementos, a menos que haya una indicación médica. Además, se debe elegir el mejor suplemento de vitamina E, teniendo en cuenta el origen, la forma química y la composición del producto. La vitamina E es un nutriente que no debe faltar en una dieta equilibrada y saludable, ya que ayuda a proteger las células, a fortalecer el sistema inmunitario, a mejorar la circulación sanguínea, a prevenir enfermedades y a mejorar la apariencia de la piel y el cabello.